Debo hacer un par de aclaraciones sobre este tema: en Colombia un moño, cuando hablamos de pelo, es una coleta, o un tipo de peinado. Todas las otras definiciones se pueden dejar aparte para este escrito. También, esta frase es uno de los muchos dichos populares que, en mí región del país, son parte de la comunicación habitual.. así como, “ni raja ni presta el hacha” o “Dios le da pan al que no tiene dientes”…. pero este texto no se trata ni de dichos, dientes, o hachas sino de esa frase… frase aparentemente inofensiva y a modo de charla que me dijo un “nicolasito” ( nicolasito es el nombre que le daremos a todos los machos de mí pasado.. espero no mencionarlos mucho en este espacio tan pro e inclinado a las propiedades de los alimentos.. y el poder de la mente, prometo que tengo un punto… aguanten un par de renglones más )
La frase completa es : LE FALTA PELO PA’ EL MOÑO. Yo tenía 22 años. Claro que me faltaba pelo pa´ el moño. Era la edad de menos “moño” y más dudas, más incertidumbre…. estaba a punto de empezar una práctica profesional que se suponía iba a orientarme, y ayudarme a decidir si quería pasar el resto de mi vida atendiendo pacientes 24 horas al día en un servicio de urgencias ( el lugar con menos calma y menos zen del planeta) , en una sala de cirugía, tal vez llevando a personas por tiempitos al más allá con la ayuda de medicinas y gases potentes, recibiendo bebés, auscultando pulmones enfermos, o en un laboratorio investigando moléculas…. las posibilidades eran muchas, la radiología no hacía parte de ellas pues no la conocía, y la realidad era que yo no quería hacer ninguna de las anteriores. Yo quería viajar, descubrir para descubrirme, escribir, hacer yoga, hablar idiomas extraños, volar y soltar todo, incluido el moño que se suponía que una joven hecha y derecha debía haber cultivado a estas alturas. El caso fue, que, como era de esperarse, dicho personaje duró poco en mi horizonte, él si tenía un gran moño a su parecer y mucho más expertise, a sus largos y fornidos 28 o 29 añitos, sobre todo por haber leído tanto, y ser amigo de un gurú… y con su moño y sabiduría, y a causa de mi poco moño, me dejó por una modelo mayor que el, que tenía todo lo que yo, de 1.57 cms, poca exuberancia física, y cero silicona, no tenía ni tendría ( muy a mi honor). No me queda mucho más que contar de la experiencia del portador de la frase, salvo que, cuando se me pasó la rabia, y mi orgullo pudo reirse a carcajdas de la situación, solo guardé en un cajoncito de recuerdos el ” le falta pelo pa´ el moño” y me prometí que algún día tendría un hermoso moño que lucir. No lo sabía, pero eso que me hacía no digna de tener moño, era exactamente lo que estaba necesitando para formarlo. Los viajes, la insaciable sed de más, los idiomas, sabores, y aparentes desubiques, eran mis ladrillos…. eran las fundaciones de esto que soy hoy y que tan orgullosa me hace.
Después de volver de mi práctica profesional y darme un paseo por el mundo del emprendimiento y los restaurantes, y otro por la medicina general y la selva, me encontré con la radiología que fue el primer ancla profesional de mi vida y con la cual llevo 10 años… pero yo sabía que solo era una pata de la mesa… y volvía a recordar eso del pelo del moño y me dolía un poco el corazón. Aparentemente ya había moño… pero no el que yo quería. Pues el moño que yo quería requería de, obvio, mayor complejidad. Mírelo por donde quiera, interprételo a mi favor o en contra mío….. aún si el resultado sea blanco y ordenado, debajo, debe haber habido caos, movimiento y energía poco lineal… así soy. Y para llegar a obtener mi tan anhelado moño, no podía caminar un camino seguro tipo el corredor de un hospital. Pues cómo! imposible. El camino debía ser más parecido a un sendero de piedras en medio de un bosque tupido, con duendes y hadas misteriosos a lado y lado. Y neblina. Mucha neblina.
Hace poco me desperté y miré hacia atrás. Un año. solo ha pasado un año desde que le mostré al mundo un primer libro Cocina y mente. Ai pero Sara tampoco es para tanto… es solo un libro de cocina ( me dice uno de los duendes) pero uff lo que contiene y lo que significa! Es, por fin, la materialización de ese recorrido. Lo que soy realmente. El principio…. espero…. Y por eso, querido “nicolasito” amigo de un gurú, inseguro hasta el tuétano, e hiriente por tu misma inseguridad, te cuento que hoy a mis 37 tengo pelo de sobra para el moño.
Que nadie te diga nunca ” no tiene pelo pa´el moño” pues no sabe, no tiene idea de lo que se está formando detrás…. y todos, si vivimos con coherencia, desde nuestra esencia, tendremos de sobra, pelos de todos los colores, pelos únicos, pelos que nos definen.